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Wednesday, August 20, 2008

Momentos que nos estremecen

Un Punto de Vista
Momentos que nos estremecen
Por Paul V. Montesino, PhD, MBA.

“Hay momentos históricos en los que un alineamiento de fuerzas causa un cambio en el punto de vista humano. Ocurrió en el arte y la filosofía al comienzo del Siglo de la Luz. Ahora, en el siglo veinte, el modernismo nació rompiendo las viejas estructuras y veracidades. Una combustión espontánea ocurrió que incluía las obras de Einstein… y docenas de otros destructores de caminos que parecían romper las ataduras del pensamiento clásico. “ Einstein, su Vida y Universo, Walter Isaacson © 2007.

Este pensamiento del libro referido cubre muchos otros nombres que no aparecen en mi acotación y que también contribuyeron durante ese período. No existentes en la lista se hallan otros nombres más antiguos, Johannes Gutenberg, Segismundo Freud y Charles Darwin me vienen a la mente al igual que los inventores de las computadoras y el Internet. He dejado fuera a los nombres religiosos porque una lista, aunque significativa en un momento u otro, inclusive hoy día, sería muy incompleta y definitivamente ofensiva a los que no creen los credos mencionadas por parte de aquellos que creen en otra fe no citada. Unos, como Gutenberg, eran inventores de la máquina impresora, mientras otros abrieron nuevos mundos a la mente que jamás volvieron a cerrarse. Einstein con su Teoría General de la Relatividad, Freud con su sabiduría sicoanalítica, Darwin con su Selección Natural evolucionista.

A lo que me refiero ahora es a un nuevo momento alcanzado en nuestra historia contemporánea que se despliega y desarrolla frente a nuestros propios ojos y que somos incapaces de ver o nos negamos a reconocer. Estoy hablando del nuevo mundo de recursos energéticos en el que vivimos y que probablemente viviremos en el futuro próximo cercano y otro mucho más lejano: el paradigma está cambiando.
En mi artículo de hace dos semanas sobre las recientes decisiones de la Corte Suprema de los Estados Unidos relacionadas con la pena de muerte para los violadores de menores y también sobre la Segunda Enmienda a la Constitución que nos garantiza el derecho a portar armas, mencioné en tono humorístico que tal vez era hora ya que la Corte también declarara como inconstitucional los precios de la energía. Desde luego, una cosa es declararlos abusivos y tal vez obnoxios, pero ser capaces de arrestarlos es otra cosa completamente distinta. Echemos una mirada a la situación corriente y tratemos de ver hacia donde nos está empujando.

Comenzaré con una fórmula matemática breve y simple. Cada fórmula algebraica consiste de dos elementos que deben balancear el uno con el otro: x = y. Cuando el valor de la izquierda (x) es igual al valor de la derecha (y) entonces tenemos un balance. Tenemos dos lados en la fórmula corriente de la energía económica que debemos considerar que tienen diferentes expresiones y que también deben satisfacer esa condición de igualdad: suministro es igual (=) a la demanda. Si lo hacen, hay balance. Desafortunadamente esa fórmula no solo es muy difícil de conseguir en esta época sino que es imposible dominarse también. Es ahí que reside nuestro dilema.

Un mundo moviéndose como película de cámara lenta que dependía de la madera para calentarse y cocinar, animales domesticados para el transporte y el control de la velocidad de los vientos para cruzar los océanos dieron una gran acogida a los nuevos recursos que les sustituyeron. No solamente fue la nueva tecnología bien recibida, sino que garantizó que quienes habían dominado y controlado esos recursos triunfarían y prosperarían a una velocidad más rápida de lo que podíamos imaginarnos. La electricidad, el motor automovilístico, la aviación, para mencionar los más representativos, se convirtieron en símbolos de nuestra civilización.
Aquellos que podían usarlos florecieron, aquellos que no los usaban se marchitaron.

Y con el tiempo nos acostumbramos a la idea de quién estaba al frente, nosotros, y quien estaba atrás, ellos. La formula fue, por largo tiempo, una en la que el suministro no era igual ( ≠ ) al consumo pero en términos económicos lucia en realidad algo como esto: suministro > que el consumo. En otras palabras, el suministro era más grande (>) que los recursos que necesitábamos y demandábamos para consumir y sin los cuales no podíamos vivir. Los precios eran bajos.

Desafortunadamente para nosotros, el mundo no podía paralizarse eternamente para conformar con nuestros deseos egoístas. No era realista y, por encima de todo, no era justo. Las naciones subdesarrolladas que por muchos años habían estado en el lado de los suministros en la fórmula casi nos regalaban sus recursos mientras los devorábamos y considerábamos necesarios para nuestro estándar y razón de vidas Ellos se convirtieron en consumidores también y se nos unieron al lado de la demanda en la fórmula hasta que no había suficiente suministro para todos. La demanda para nosotros y para ellos, continuó creciendo. Y en ese instante alcanzamos una nueva fórmula que no ha abatido desde entonces y ha alcanzado masa crítica: Suministro < Demanda. En otras palabras, el suministro es menor (<) que la demanda. Así nos hallamos en el presente enfrentando a este nuevo paradigma y preguntándonos desesperados: ¿Adónde vamos ahora?

Yo sé adónde vamos, y el lugar al que nos dirigimos no luce remotamente similar al pasado de dónde venimos y, temo añadir, ni siquiera al presente que disfrutamos ahora. Como dice el refrán, se acabó la fiesta. Esto luce ahora en realidad como si fuera una piñata la que se ha acabado.

Esperen por mí y por mis artículos próximos sobre cómo va a lucir ese nuevo lugar y cómo vamos a llegar.

Y ese es mi punto de vista hoy.

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